En un discurso ante seguidores que fue televisado, el tirano aseguró estar dispuesto a “purgar casa por casa” a los opositores. Ya habría más de 500 muertos por una represión que concita el repudio mundial.
En medio de la sangrienta revuelta que conmueve al país, el líder libio, Muammar Kadafi, pareció redoblar la apuesta y desafiar a los manifestantes que desde el pasado 15 de febrero exigen su salida del poder. “Permaneceré en el país como jefe de la revolución y si es preciso moriré como un mártir”, remarcó el dictador, durante un discurso que formuló ayer en Trípoli, ante un grupo de seguidores y que fue transmitido por la televisión estatal. En tanto, el saldo de muertos desde que se inició la rebelión popular ya supera los 500l, según denunciaron varias ONGs y organizaciones de derechos humanos.
“Kadafi resistirá, es historia, resistencia y revolución”, dijo el hombre que desde hace más de 42 años dirige los destinos de este país del Norte de África. Aún no hemos recurrido a la fuerza, pero lo haremos si es necesario. Purgaremos el país casa por casa”, amenazó el dirigente de un Gobierno que reprimió las protestas incluso con bombardeos aéreos y terrestres.
En su alocución, Kadafi aseguró la rebelión es obra de “un pequeño grupo” que busca imitar lo que sucedió en Túnez, donde el presidente Zine Ben Alí fue derrocado en enero pasado por un levantamiento popular. “Le ofrecen dinero y drogas a esos jóvenes para que se levanten y entren en guerra, pero no tendrán el respaldo del pueblo libio, que es libre”, aseveró.
No obstante, en Trípoli, el panorama es desolador. Según observadores internacionales la capital amaneció ayer desolada, sobre todo en los distritos de Tayura y Fashlum, donde más fuerte se sintió la represión. En el Este del país, el régimen no controla las ciudades de Benghazi, Al Baida y Zauia, en las cuales se inició la revuelta. En tanto, las deserciones de funcionarios continúan. El ministro del Interior, Abdel Fath Younis al Abidi, a quien Kadafi dio por muerto en su discurso en la televisión estatal, se unió a la “revolución” e instó a los militares a apoyar los “reclamos legítimos”. “Nunca que imaginé que íbamos a disparar contra la gente”, afirmó Younis, que calificó a Kadafi de “genocida”.
