Unas 50 mil personas se manifestaron en Dublín en rechazo al proyecto gubernamental, que contempla reducir el salario mínimo y el gasto público, así como elevar los impuestos, entre otras disposiciones. El FMI y la Unión Europea condicionaron el rescate financiero que necesita el país a que éste realice esos ajustes. Los inconformes señalaron que es una
declaración de guerra contra los trabajadores que ganan menos. Por otra parte, en Roma se movilizaron decenas de miles de italianos contra la política laboral y educativa del primer ministro Silvio Berlusconi
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