martes, 19 de junio de 2012

El debate de #YoSoy132


La Jornada.
Magdalena Gómez
Martes 19 de junio de 2012

Una vez más los jóvenes del movimiento #YoSoy132 se colocan en el centro de la coyuntura electoral con la mirada bien puesta en trascenderla; con ellos no tenemos de que preocuparnos. El ejercicio democrático que desarrollarán en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) tendrá la cadena nacional que está resultando más efectiva: la de las redes sociales.

Mediante ellas operarán parte del formato que han acordado, pues darán participación a jóvenes que no estarán presentes y abrirán espacio para las preguntas del público. Por lo que respecta a los candidatos a la Presidencia que han aceptado participar, tres de cuatro, habrá que señalar que sería deseable que nos permitan escucharlos sin la rigidez de los anteriores debates oficiales. No cabe duda que éste debate impactará de manera directa la intención del voto del llamado sector de los indecisos.Y de ello no se puede culpar a los jóvenes, acusándolos de falta de “objetividad y neutralidad”.

El candidato Peña Nieto está anticipando su mensaje con la decisión de no asistir. Él sólo va a audiencias que considera seguras y, sobre todo, controladas por su partido, como suponían que sería la de su visita a la Ibero, y vaya que los auténticos estudiantes de esa institución ofrecieron una lección de dignidad, durante y después de la emblemática visita del priísta. El yo soy 131 fue la punta de lanza para el despertar de los jóvenes que bien decidieron atender al llamado con el #YoSoy132. A partir del pasado 7 de mayo el PRI ha ofrecido reiteradas muestras de que se mueve en la lógica autoritaria que lo caracterizó en sus varias décadas de control presidencial. Amenaza como en 1968 lo hizo, investiga y acosa a los jóvenes que considera responsables de su caída en la Ibero. Y ahora anticipa anuncios de asesoría de un militar extranjero y pretende organizar a sus leales como “jóvenes 123”.

Por cierto, no creo que sea ajeno a los rumores que están esparciendo para sembrar el miedo en torno al día de las elecciones. Esa visita fue su “fuera máscaras”; quien vote por el PRI ya no puede llamarse a engaño. También resultó damnificado el duopolio televisivo. Los estudiantes han colocado el dedo en la llaga; demostraron que el llamado cuarto poder no es infalible para colocar su “producto” tricolor en la Presidencia de la República. Hoy se mueven entre el control de daños y el incremento de la insidia contra López Obrador, a quien ven como un peligro para ellos, porque México afortunadamente es mucho más que sus particulares intereses. Respecto al #YoSoy132, oscilan entre reconocer su poder inevitable para desarticular su escenario de la elección anticipada de su “puntero” construido por sus encuestas y a la vez provocarlos con la acusación de que trabajan en favor de algún candidato. Así que no es casual que a los jóvenes les interese conocer cuáles son las propuestas de la y los candidatos para democratizar a los medios, entre otros temas. Ojalá que no se repita el discurso orientado por la autocensura, sobre todo en el caso de AMLO, pues sus electores votarán por el cambio, porque más de lo mismo ya se los ofrece el PRIAN.

Es significativo que el movimiento #YoSoy132 no se esté desgastando en exigir a los medios masivos la cobertura de su debate, por más tuiteros que se contraten para golpearlos, la adhesión masiva en las redes es imparable. Curiosamente también han insinuado el absurdo de que la CDHDF estaría incurriendo en falta, pues no tiene facultades en materia electoral; por lo visto sus instalaciones estarían atadas a sus facultades legales. Bien por el servicio a un movimiento tan importante como es el de jóvenes. El desafío nos involucra a todos; la coyuntura electoral tiene los días contados y sus resultados nos afectarán como nación, votemos o no. No es que supongamos que el país cambiará de la noche a la mañana, pero ya es urgente que se inicie. Los jóvenes han demostrado madurez, capacidad de diálogo y construcción de consensos y no se intimidan ante las presiones de todo tipo, de buena y mala fe.

Ya se ha dicho mucho y hay que reiterarlo: la irrupción de los jóvenes aparenta ser inesperada. Mal por quienes los daban por perdidos. Los procesos sociales son complejos y no debemos colocarnos en la exigencia de que construyan todo el entramado que el país requiere y que muchos otros movimientos no han logrado por más causas justas que han enarbolado. Por ello no debemos erigirnos en una suerte de jueces. Tenemos, eso sí, la obligación de ser solidarios, de continuar trabajando nuestras causas y caminar juntos al ritmo de cada quien. El debate de hoy es un servicio del #YoSoy132 que nos beneficia a todos. Ojalá que los candidatos estén a la altura de su significado democrático. Salvo el PRI, alérgico a las disidencias emancipadoras y adicto a las certidumbres del poder absoluto. Los relevos generacionales están felizmente en la arena de lucha y reclaman justicia. Suerte hoy y siempre.