lunes, 31 de octubre de 2011

2/4 Dia de Muertos en Mexico: Una tradicion que no muere

Se Propone una nueva Central de Trabajadores del Campo y la Ciudad 29 de...

Videoclip Dia de muertos

dia de muertos y su significado

Dia de Muertos en Janitzio (Versión Español)

1/4 Dia de Muertos en Mexico: Una tradicion que no muere

3/4 Dia de Muertos en Mexico: Una tradicion que no muere

4/4 Dia de Muertos en Mexico: Una tradicion que no muere

miércoles, 26 de octubre de 2011

Justicia


La Jornada.
Arnoldo Kraus
Miércoles 26 de octubre de 2011



La muerte, el asesinato, de Muammar Kadafi, a manos, seguramente, de los insurgentes, su pueblo, abre, si se quiere, muchas interrogantes. Si no se desea, no abre nada. Entre abrir y no abrir queda la palabra justicia.

Justicia: palabra repetida ad nauseam, palabra desvirtuada ad nauseam. Difícil discernir, en ocasiones, entre justicia e injusticia: ¿fue justo haber asesinado al dictador libio? Aunque muerto, Kadafi es un ejemplo vivo de una forma de justicia, la del pueblo. Hay varios ejemplos de tiranos que fueron llevados al cadalso por las mismas manos que antes habían sido destrozadas por esos sátrapas convertidos en políticos. El filósofo Reyes Maté recuerda, en un artículo publicado hace cuatro días en el periódico El País, el caso del dictador italiano Benito Mussolini; tras su captura, fue ajusticiado y su cadáver expuesto en Milán. Los partisanos lo colgaron, para mayor escarnio, con la cabeza hacia abajo, como los fascistas hacían con los antifascistas. En Rumania, en 1989, con tal de apaciguar a la población, un tribunal llevó al entonces presidente Nicolae Ceausescu, junto con su esposa Elena, al patíbulo.

De acuerdo con los videos, el ex presidente de Libia, Kadafi, fue asesinado por gente de su pueblo. Tanto Kadafi como Mussolini y Ceausescu compartían el odio y el reconocimiento de sus connacionales. Los tres también fueron primero criminales y después víctimas. La injusticia conlleva injusticia, y la justicia no aplicada, o mal aplicada, deviene venganza. El camino entre ser criminal y convertirse en víctima es muy corto.

El caso Kadafi ilustra bien la imperfección de la justicia y el (los) impasse que asfixia a nuestra especie cuando se habla de justicia, virtud, además, crucial en la agenda humana. La justicia, por decir lo menos, es una de las seis características fundamentales de la ética médica y una de las cuatro virtudes cardinales, denominadas así después de Platón (las restantes son prudencia, fortaleza y moderación). Cuatro argumentos para entender (o no entender) las caras de la justicia o de la injusticia después de la era Kadafi.

Primer argumento. Palabras e imágenes. “Pregunta a quien quieras. Todos queríamos que los mataran”; “Prefiero que lo hayan matado. El mundo es mucho mejor sin Kadafi”; “Es un criminal, y si fuera juzgado podría seguir creando problemas en Libia”. Aunadas a las palabras las fotografías, sobre todo, la de los niños, varios muy pequeños, tapados con cubrebocas para soportar el hedor y algunos, haciendo la V de la victoria, formados disciplinadamente para ver el cadáver de Kadafi en Misurata.

Segundo argumento. Palabras e imágenes. Hugo Chávez acusa a Occidente de haber matado a su aliado, a quien considera prócer de la humanidad y mártir; el presidente venezolano afirmó: “el asesinato es un atropello más a la vida”; por su parte, la ONU y otras organizaciones informan que investigarán si Kadafi fue asesinado in situ o si fueron los rebeldes quienes lo mataron, lo cual equivaldría a un crimen de guerra. Aunada a las palabras la foto aérea de Sirte, ciudad donde se ocultaba el coronel libio: la devastación es brutal.

Tercer argumento. Kadafi estuvo 42 años en el poder. Se calcula que el coronel y su equipo mataron a varias decenas de miles de personas durante su mandato. En la guerra recién finalizada, el gobierno interino calcula que perecieron 30 mil personas.

Cuarto argumento. Durante su satrapía, Kadafi mantuvo vínculos estrechos, económicos, culturales y de otros tipos con varios dirigentes, dentro de los que destacan el francés Sarkozy y el italiano Berlusconi, por citar a algunos dirigentes europeos de cuya prestancia y rectitud nadie duda.

Los cuatro argumentos exponen algunos fragmentos del entramado en torno a Kadafi. Para la mayoría de los libios –eso dice la prensa–, el asesinato del dictador era necesario y justo. Para algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos, los insurgentes no tenían derecho de aniquilar a Kadafi sin juicio previo. Quienes validaron la actitud de la OTAN confrontan un doble rasero: procuraron su muerte a pesar de haber sido sus socios y cómplices.

Justicia es una palabra enorme. Su quehacer es una “virtud cardinal”, una obligación humana, fundamento de la ética médica y reflejo de la salud de las sociedades y de las naciones. Sin justicia no hay, o son cuestionables, principios como las ideas de igualdad, libertad o moral. El asesinato de Kadafi fue, para buena parte del pueblo libio, una victoria. Para otros, los valores originales de la rebelión se han manchado de inmoralidad al asesinar al ex dictador. Mussolini, Ceausescu, Luis Echeverría, Pinochet, Karadzik y Kadafi son nombres llenos de asesinatos viles, nombres de genocidas cuya historia demuestra cuán endeble y poco justa es la justicia, y cuán lábil es la condición humana cuando de aplicar justicia y enaltecer a nuestra especie se trata.

Los cambios que permiten la iniciativa y consulta popular y las candidaturas independientes bastan para definir que es “trascendente”: PRI

- Se condicionó a la voluntad de Peña Nieto: PAN, PRD y PT; señalan consumo de alcohol en curules

- Entre acusaciones, diputados avalan de modo general la reforma política

- La revocación de mandato desató el escándalo

Enrique Méndez y Roberto Garduño

Periódico La Jornada
Miércoles 26 de octubre de 2011

 
Emilio Chuayffet bajó a su curul para enfrentar las acusaciones en contra del tricolorFoto Francisco Olvera


En medio del escándalo, la Cámara de Diputados aprobó ayer en lo general la reforma a la Constitución en materia de reforma política, pero la rispidez con que los partidos abordaron la revocación de mandato –rechazada por PRI y PVEM descompuso la sesión, misma que tocó fondo y se suspendió cuando los legisladores se acusaron de beber alcohol en sus curules.

La crisis en la relación entre diputados obligó a una reunión urgente de los coordinadores parlamentarios, que acordaron reunirse a las 8:30 de hoy en la Conferencia para los Trabajos Parlamentarios, con objeto de acordar un “pacto de caballeros” que evite reditar una discusión como la de este martes.

Anoche, si los diputados Enoé Uranga y Porfirio Muñoz Ledo pidieron investigar el “ambiente etílico” que se respiraba en el pleno, el panista Óscar Saúl Castillo aderezó que las bebidas corrían “en la bancada de (Enrique) Peña Nieto”, pero la sesión se le volvió a descarrilar a Emilio Chuayffet (PRI) cuando no detuvo a tiempo a su compañero de bancada y ganadero Julián Nazar, quien soltó: “Si le hiciéramos un examen de sangre a Porfirio, 90 por ciento sería alcohol y 10 por ciento botana”.

Llegado a ese tono, los coordinadores de PRI, PAN y PRD subieron a toda prisa hasta la mesa directiva para pedirle a Chuayffet parar la sesión.

Antes de declarar el receso, y mientras el griterío crecía en los pasillos, Chuayffet Chemor permitió a Muñoz Ledo responder: “En todos los parlamentos, cuando un presidente de asamblea ve que se le está faltando al respeto a cualquier legislador, debe parar y borrarlo del diario de los debates. Pero nos ocurrió también en la comparecencia de (Javier, secretario del Trabajo) Lozano, que empezó a injuriar a los legisladores”.

El pie al altercado, sin embargo, lo dieron Enoé Uranga y Jaime Cárdenas, a quienes secundó Muñoz Ledo. Uranga señaló hacia las curules de sus compañeros del PRD y Jaime Cárdenas afirmó que el tufo provenía de los priístas.

Más aún, le pidió a Chuayffet: “¡Orden, presidente, para que se deje de beber en esta sala de sesiones!” El priísta, que durante toda la tarde fue acusado de parcialidad en favor del PRI, e incluso dejó por momentos su papel de titular de la Cámara para confrontar al PAN, devolvió a Cárdenas Gracia: “Cada uno de los diputados conoce las obligaciones que nos impone la normatividad que rige a esta honorable Cámara”.

Jorge Hernández Hernández, de la bancada mexiquense del tricolor, demandó al panista Óscar Castillo retractarse. “¡Lo conmino a que venga uno por uno y verifique si es cierto su dicho, y si no, que lo retire públicamente!” El panista se disculpó con Hernández, aun cuando fue uno de los diputados a los que los perredistas acusaron de estar borracho en el pleno.

La descomposición que vive la Cámara es tal que, cuando algunos de sus compañeros le preguntaron a Enoé Uranga identificar a los diputados ebrios, ella respondió –azuzada por el priísta José Ramón Martel– que el perredista Avelino Méndez era uno de ellos.

La especie corrió tan rápido, que Avelino Méndez se apresuró a presentarse en la sala de prensa. “Aquí estoy, y no estoy borracho. Y no porque me apure lo que piensen los diputados o ustedes, ¡sino mi mujer!”, dijo a los reporteros, y soltó una sonora carcajada.

Definido como el único tema a abordar en la sesión de ayer, el dictamen de las comisiones de Puntos Constitucionales y de Gobernación generó desde el inicio el intercambio de críticas del PRI con PAN, PRD y PT sobre el alcance de la reforma, que estas tres bancadas calificaron de “mocha y mutilada”, al considerar que no concede más atribuciones a los ciudadanos, sino que fortalece el poder presidencial, y que su redacción estuvo condicionada a la voluntad de Enrique Peña Nieto.

Al defender el dictamen, Felipe Solís Acero (PRI) afirmó que la reforma es a 20 artículos de la Constitución, pero que “basta con los cambios que permiten la iniciativa popular, las candidaturas independientes y la consulta popular para definir que es por sí misma trascendente. ¡No echemos a la coladera lo que juntos hemos construido!”, expresó.

Panistas y perredistas criticaron que no se admitiera la relección de legisladores y alcaldes y Óscar Arce Paniagua, de cción Nacional, acusó al tricolor de gradualismo y de negarle a los electores la capacidad de decidir si los diputados y senadores se mantienen en sus cargos por un periodo más.

Muñoz Ledo definió que toda reforma política en el país, desde la década de los 70, ha tenido una intención. “La de 1977, aumentar y pluralizar la Cámara de Diputados, constitucionalizar los partidos y abrir los espacios a la sociedad golpeada por el 68; y la de 1996, la autonomía a la autoridad electoral, darle credibilidad a la elección y limitar la intervención del gobierno en los comicios y la autonomía del Distrito Federal”.

En ese sentido, dijo que la de ahora “tiene como intención fortalecer al Ejecutivo, con algunas migas para las graderías, para permitirle escapar a la jurisdicción del Congreso, al permitirle no tomar protesta ante esta soberanía e incluso designar a su sucesor automático, como lo hizo Porfirio Díaz. Esta es la reforma de quienes quieren volver a Los Pinos en términos predatorios”.

Los grupos parlamentarios presentaron 45 reservas, y se admitió una propuesta de Jaime Cárdenas para que los candidatos independientes reciban financiamiento público y tiempos oficiales en radio y televisión. El PRD propuso introducir una fracción VI al artículo 35 constitucional, para incluir la revocación del mandato.

Durante casi cinco horas, el PRI alegó que no podía incluirse la adición, porque como Cámara revisora no podía alterar la minuta del Senado y que esa figura no forma parte de la agenda del presidente Felipe Calderón. Es más, punzó Martel, de existir actualmente, el PRD ya habría solicitado la revocación del mandato calderonista.

Los priístas se solazaron en la mancuerna PAN-PRD y Muñoz Ledo les devolvió: “Reacciona el PRI como si hubiera perdido a su novia del PAN”.

Impugnado por negar que el tema se debatiera, Chuayffet primero bajó a su curul para utilizar enseguida la tribuna. Desde ahí, afirmó que es la Constitución la que remite al reglamento sobre la conducción de las sesiones, y reclamó: “Dejemos de estar por la cuerda con trampitas de burócratas que no progresaron”.

Una y otra vez, todos los oradores del PRI no pudieron explicar si están en favor o no de la revocación del mandato, en lo que Muñoz Ledo calificó como una contribución al cantinfleo.

El tricolor pidió tiempo, que la revocación de mandato se revise en comisiones –como se hará en la de Puntos Constitucionales a partir de hoy– y Miguel García Granados cerró con broche de oro: “¡Hacer las leyes no es hacer un kilo de tortillas!”

MEXICO TOMA LAS CALLES-

Convoca Javier Sicilia a una reunión masiva para el 31 de octubre

Elba Esther Gordillo habla de corrupción y manda "a la fregada" al Presi...

Aprender a Morir

Tiempo de exequias
La Jornada.
Hernán González G.
24 de octubre de 2011


En un mundo de explotadores idiotas que suponen que repartirse el planeta y acumular ganancias es sinónimo de inmortalidad, y de explotables pasmados que siguen besando la mano de quienes los explotan, siempre es plausible la aparición de voces que se ocupan de la muerte y el morir humanos, no de asesinatos colectivos en engañoso combate a la delincuencia organizada.

Y si esas voces poseen la doble virtud de la reflexión y el aliento poético, entonces estamos frente a testimonios enriquecedores para aprender a vivir-morir con herramientas menos torpes que las proporcionadas por un sistema demencial y sus voceros, que trivializan la muerte con el pretexto de informar y ganar rating.

Manuel Camacho Higareda, fino poeta tlaxcalteca, acaba de publicar el poemario Tiempo de exequias, en Ediciones Páginas (editpaginas@hotmail.com), una inspirada reflexión en voz alta acerca de la muerte, de sus muertes y sus muertos, es decir, de los de todos. Como bien señala Alberto Aguilar en el prólogo: “Si consideramos que la muerte es insobornable y que todo poema es, al menos en parte, un fracaso, corresponde al leedor de versos estar relativamente vivo para recibir una poética de la muerte…”

En efecto, sólo cuando no se está del todo muerto es que se puede aceptar con serenidad esta condición de mortales, no de personas a merced de balazos y de violencias múltiples en nombre de inciertas causas. Con lúcida ternura que funde inspiración y duelo, con la valiente certeza ante lo que sin quererlo ha sido, el poeta dice: “Siempre me he preguntado porqué los perros/ ladran con ansiedad de madrugada/ Cuando nadie va/ Cuando nadie viene/ Cuando nadie es/ Quizás por eso/ el poder de dios se les viene encima en constelaciones/ Se sienten solos y apenas dicen lo que pueden/ para que titilen las estrellas/ Desde que ya no eres/ Juan/ desde que ya no vas/ desde que ya no vienes/ estoy aprendiendo el lenguaje de los perros”.

Más adelante constata: “A paso de recua aplanamos el mundo/ Con peso de mundo que a cuestas llevamos/ Tañemos cencerros para irnos juntitos/ A ritmo de polvo intragable/ al carajo”. Y nos apercibe: “No es que duelan los ausentes/ Es sólo que me he bebido/ Su recuerdo en cantidades impropias”. Para reconocer: “Estoy que me caigo de ausencia./ De qué me sostengo ahora/ Si ya no tiene huesos tu recuerdo”. Lectura nutricia que ayuda a elaborar el duelo son estos poemas de Camacho Higareda.

Presentará queja ante oficina en Canadá por violar acuerdos de colaboración laboral

Acusará el SME al gobierno federal por incumplir convenios del TLCAN, arguyen

Los electricistas refieren que tienen respaldo de centrales obreras canadienses y de EU



La Jornada
Patricia Muñoz Ríos
25 de octubre de 2011

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) interpondrá el próximo jueves 27 de octubre en Otawa, Canadá, una queja ante la Oficina Nacional Administrativa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en contra del gobierno mexicano, por violaciones a los Acuerdos de Colaboración Laboral suscritos por México, Canadá y Estados Unidos.

El dirigente del gremio, Martín Esparza, y el secretario del exterior, Humberto Montes de Oca, señalaron lo anterior en conferencia de prensa, en la que mediante videoconferencia, la directora del Departamento Internacional de la central obrera AFL-CIO, Catty Feungold, y la abogada de los Steelworkers, Shaheen Hirani, informaron que las direcciones de estos organismos, tanto de Estados Unidos como de Canadá, respaldarán la queja de los electricistas mexicanos ante esa instancia.

Del mismo modo informaron que más de 70 organizaciones sociales y sindicales de los tres países firmarán esta denuncia en respaldo, entre las que se encuentran la United Steel; Papel, Silvicultura, Caucho, Manufactura, Energía, Industrial y afines; el Sindicato de Comunicaciones, Energía y del Papel de la Unión de Canadá, así como el Congreso Canadiense del Trabajo, entre otros.

Catty Feungold apuntó que determinaron apoyar este proceso, debido a que esta organización considera que en México hay una falta de protección a las leyes laborales, y ha trascendido la información en el mundo de lo que está ocurriendo con los trabajadores mexicanos, y las afectaciones que están teniendo las familias obreras de este país, así como la falta de empleo y de garantías en el trabajo. “Esperamos que con esta denuncia el gobierno escuche las voces de los trabajadores.

Por su parte, Hirani expuso que son innumerables las violaciones documentadas hacia los trabajadores mexicanos por parte del actual gobierno, por lo que al no encontrar respuesta nacional ante este problema es que se recurre a las organizaciones internacionales y a los acuerdos pactados por México en materia laboral.

En la conferencia también participó Simona Fraudatorio, secretaria de la presidencia del Tribunal Permanente de los Pueblos, quién informó que esta instancia creará el Capítulo México y producto de una serie de organizaciones civiles y sociales revisarán las quejas y denuncias de violaciones laborales, destrucción ambiental y efectos económicos del TLCAN en México, entre otros temas.

Martín Esparza indicó que una representación del SME viajará a Otawa para reunirse con legisladores canadienses, y luego irán a Washington para entrevistas con miembros del Congreso de Estados Unidos. Los abogados que redactaron el documento señalaron que México, en la firma del acuerdo laboral del TLCAN, se comprometió a respetar la libertad sindical, los derechos laborales y está incumpliendo con este acuerdo, lo que representa el principal argumento en que se basa dicha queja.

Guerra civil y lucha de clases


La Jornada.
Víctor Flores Olea
 24 de octubre de 2011


Hay gente de México que se ha escandalizado porque altos funcionarios del gobierno estadunidense han dicho abierta o solapadamente que, con más propiedad, la llamada guerra contra el crimen” es una guerra civil disfrazada, y más aún, una de las caras en que se expresa “la lucha de clases” en nuestro país.

Sin pretender un especial rigor intelectual, diremos que en toda guerra civil está presente una buena dosis de lucha de clases, y lo contrario: en toda guerra civil, como la que vivimos, está inevitablemente presente la lucha de clases. Claro, en toda guerra civil se confrontan intereses de diferentes sectores o grupos sociales, pero en ese enfrentamiento privan las armas y su organización militar. De otro lado, en la lucha de clases no necesariamente la confrontación es armada, sino que alude también a la batalla entre ideas y teorías contrapuestas. Naturalmente, en la pacata sociedad burguesa se rechaza con horror que vivamos tales confrontaciones, que estemos divididos a tales extremos y que tal sea nuestro normal modus vivendi.

Tal ha sido la reacción que he podido percibir en estos últimos días en La Jornada (22/10/11), diciendo la cabeza de la primera plana: “Estamos en guerra civil no declarada en varias zonas del país; del río Suchiate al Bravo, un cementerio, aseguró el sacerdote Flor María Rigoni [director de la Casa del Migrante de Tapachula, Chiapas]”.

Es evidente que en el país vivimos una intensa lucha de clases. No sólo la confrontación armada entre militares y jefes de pandillas en el mundo del narco, sino la confrontación o despojo salvaje que significa una distribución del ingreso cuyo 80 por ciento favorece a 10 por ciento de la población. Estas últimas cifras no son únicamente el cálculo de juegos matemáticos, sino que, como resulta obvio, definen formas de vida y posiciones sociales que significan en primer lugar explotación y rapacidad.

Esto último ha pasado relativamente desapercibido. Con toda razón acaparan las ocho columnas de los periódicos el número diario de secuestrados y asesinados, y se pasa sotto vocce la real estructura social y económica del pueblo en que se cometen tales crímenes, y su verdadera raíz: las tremendas desigualdades en el ingreso que significa el impresionante número de delitos que vivimos a diario.

En otras palabras: el origen no plenamente reconocido de nuestras confrontaciones sociales se anida en la desigualdad y en la explotación de unas clases y sectores sociales por otros. En cualquier estrategia anticrimen deben considerarse en primer lugar los desniveles sociales, los odios, violencia y resentimientos entre clases y grupos que se unen y precipitan en un ánimo irrefrenable de borrar al otro del horizonte humano.

Resulta increíble que la discusión sobre las estrategias para combatir al crimen organizado se reduzcan a enfoques militares o de inteligencia policiaca, cuando el fondo del problema se encuentra en las desigualdades sociales y en los desequilibrios entre clases. Y resulta también increíble que una cuestión que al final de cuentas tiene que ver más con la distribución de la riqueza, con su concentración y con la explotación a que están sometidas unas clases sociales por otras, se pase por alto y en silencio el verdadero núcleo de la cuestión.

No es extraño, sin embargo, que en los grandes medios de difusión se guarde silencio sobre la explotación de unas clases por otras, y más cuando se trata de explicar el fenómeno del “crimen organizado”, ya que sería equivalente a mencionar la soga en casa del ahorcado. En una estructura de clases sociales como la que vivimos, y sobre todo cuando ha derivado prácticamente en guerra civil y en decenas de miles de muertos, resulta natural que los culpables efectivos no levanten la mano señalándose, sino procuren más bien esconderla y pasar desapercibidos. En una sociedad de autoengaño lo normal es el disimulo y el ocultamiento, y mucho más cuando la autodenuncia pudiera causar un tsunami que derrumbara esas estructuras que están ya fuera de tiempo.

Es evidente que en el México de hoy vivimos intensamente la lucha de clases. Y más que eso: la estamos viviendo ya, en muchos aspectos, como guerra civil que no necesita declararse porque eventualmente estalla en un sinfín de puntos geográficos o sociales de nuestro horizonte. Pero claro, mientras no vayamos a la raíz del fenómeno nos quedaremos a la mitad del camino y la cuestión de fondo pasará desapercibida para los responsables.

Vivimos, pues, una combinación de lucha de clases y de guerra civil que puede llegar a zonas de intensidad mucho más severas. Esta combinación da cuenta de la explosividad por la que cruzamos, que quizá no hemos llegado a percibir en toda su capacidad explosiva. Que vivimos elementos abiertos de guerra civil y de lucha de clases nos lo muestra, más allá de otro centenar de ejemplos, el carro bomba que se hizo estallar recientemente en las calles de Monterrey, dirigido especialmente a rebajar la capacidad de fuego del Ejército.

En todo, ¿cuál sería nuestro destino con esa capacidad de fuego disminuida? ¿Y con el abandono de los estrategas de la cuestión económica como necesario telón de fondo del real drama que vivimos?

domingo, 23 de octubre de 2011

SME DIV. TOLUCA EN MEMORIA DEL C. RICARDO GONZALEZ BECERRIL 22-OCT-2011...

Martín Esparza, Srio Gral SME, en el Tribunal Permanente de los Pueblo...

Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática - Noam Chomsky leído por Ed...

Probando fuerzas en la confusión


La Jornada.
Arnaldo Córdova
Domingo 23 de octubre de 2011


Manlio Fabio Beltrones propone inscribir en la Constitución los gobiernos de coalición y, a través de ellos, darle al presidente aquellos medios de poder y de decisión que ahora no tieneFoto María Meléndrez Parada


Cuando en una situación social, como se la puede ver hoy en México, las ideas dejan de ser claras y pierden su sentido propio para pasar a significar, muchas veces, algo totalmente distinto de lo que normalmente expresan, la política en esa misma situación se vuelve confusa, nadie o muy pocos lo notan y la mayoría parece chapotear a sus anchas en la confusión. Tenemos ejemplos de ello a granel y todos son ejemplos de confusión extrema que no permiten a nadie ponerse de acuerdo con otros o acercarse entre sí para lograr algún propósito común. En nuestro país, desde que se declaró abierta la contienda por la Presidencia de la República (y otros puestos), todos parecen nadar en la confusión.

Tomemos sólo algunos de esos ejemplos. Felipe Calderón declaró a The NewYork Times que, de llegar el PRI a la Presidencia, de seguro iba a negociar con el narcotráfico un pacto de entendimiento. Nunca se preocupó por darle sentido a esa declaración y aclarar, por lo menos, qué clase de pacto podrían concluir los priístas con los narcos. Para su desgracia esa declaración apareció luego en la versión completa de la entrevista que el propio Times ofreció a sus lectores. Se dijo que ése había sido un acto “electorero” de quien ostenta la titularidad del Ejecutivo, entre otras razones por los tiempos en que se hizo.

Se advierte con facilidad que las confusiones más próximas al desastre son las de los panistas. Se ve, por ejemplo, en la intención nada oculta y ni siquiera discreta del aparato gubernamental calderonista de imponer a como dé lugar a Ernesto Cordero como candidato de su partido a la Presidencia. Creel y Vázquez Mota van muy por delante de él en las preferencias y si Cordero logra la candidatura recibirá una paliza de antología. ¿Por qué insistir en una causa perdida de antemano? Hay malpensados que sacan la conclusión de que eso lleva el propósito recóndito de dejarle el campo libre a los priístas para que lleguen de nuevo a Los Pinos.

En todo caso, la lucha es también por no ceder el poder presidencial. Eso explicaría la estrategia que desde hace tiempo se ha seguido desde la Presidencia de golpear al PRI en cuanta ocasión se presente. Las denuncias, por ejemplo, en torno al endeudamiento excesivo en que Moreira incurrió desde la gubernatura de Coahuila y la difusión de las sospechas sobre el destino de ese endeudamiento, que jamás ha sido aclarado y sobre lo cual los hermanos Moreira, al parecer, no tienen nada que decir. El ataque de Calderón al PRI sobre el crimen organizado, desde luego, se inscribe en esa estrategia y ésta, podría apostarse, seguirá hasta el fin.

Las confusiones del PRI son también omnipresentes e inocultables. Incapaces de aclarar qué es lo que se proponen desde los puestos gobernantes, los priístas continuamente enseñan el cobre con sus propuestas, cuando las hacen, y actúan con la más descarnada y cínica incoherencia. Se sienten invencibles de nueva cuenta y obran en consecuencia. Se sueñan dueños del poder presidencial y ni se preocupan por diseñar adecuadamente el camino que los conducirá a ese objetivo. Sólo piensan en cómo van a gobernar y, en especial, en cómo van a fortalecer la institución presidencial que ya creen suya.

La democracia es para ellos un estorbo. Lo esencial es cómo dar al presidente todos los poderes de que precisa para gobernar bien. Peña Nieto, abiertamente, postula una Presidencia fuerte y para ello propone de nuevo la llamada cláusula de gobernabilidad. Su oponente, Manlio Fabio Beltrones, va en la misma dirección, sólo que mucho más prudentemente. Lo importante es poder gobernar y tener los recursos para hacerlo bien. Para ello propone (iniciativa del 14 de septiembre) inscribir en la Constitución los gobiernos de coalición y, a través de ellos, darle al presidente aquellos medios de poder y de decisión que, supone, ahora no tiene.

Un grupo de intelectuales y de políticos publicó un desplegado el pasado día 10 en el que parece ser un eco a la propuesta de Beltrones (él mismo es uno de los firmantes). Sobre el tema se dice: “Si ningún partido dispone de mayoría en la presidencia [sic] y en el Congreso, se requiere de una coalición de gobierno basada en un acuerdo programático explícito, responsable y controlable, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriban”. Es extraño que, siendo la Presidencia, de acuerdo con el artículo 80 de la Carta Magna, unipersonal, se hable de mayorías en ella. Pero es lo de menos. En el desplegado sólo se hace una sugerencia con la que difícilmente se podría estar en desacuerdo. La iniciativa de Beltrones, en cambio, no tiene sentido alguno.

Propone agregar una fracción II al artículo 73 constitucional que diga: “En caso de que el titular del Ejecutivo federal opte por un gobierno de coalición [el Congreso tiene facultad de:], conocer las políticas públicas convenidas por las partes. Cada una de las cámaras registrará las políticas públicas enviadas para su observancia”. No parece haber en la propuesta algo más que un correr traslado al Congreso de esas “políticas públicas”, lo que es un cuerpo extraño en un texto constitucional y no agrega ninguna modificación institucional. No aparece claro de la iniciativa si ese solo hecho vuelve obligatorias las coaliciones (lo que sería un absurdo).

Una coalición no es materia de leyes ni, mucho menos, de la Constitución. Lo único que ellas hacen es permitirlas y volverlas viables mediante mecanismos adecuados de realización. No se trataría de coaliciones electorales, sino de gobierno y son exclusivamente acuerdos formales entre dos partes con compromisos que sólo a ellas atañen. Lo hemos dicho muchas veces, un presidente que no cuenta con mayoría absoluta en el Congreso no puede apelar a ninguna ley para realizar su programa de gobierno con aprobación del Congreso; para ello deberá aplicarse a convencer a los legisladores de sus bondades y, mediante acuerdos formales, constituir una mayoría en torno a sus propuestas. Las coaliciones se hacen y con mucho esfuerzo, no las regala la ley y, menos, la Carta Magna.

Podría decirse que Fox es un confusionario cuando propone de reciente que se debe pactar con el narco y llegar, incluso, a crear un organismo como la Cocopa para tratar con los delincuentes y arreglar una especie de tratado de paz, comprendidas sus treguas; pero eso no llega a confusión, es sólo una idiotez más del ex presidente que mal haríamos en prestarle atención.

Queda el PRD y su política contrahecha y tortuosa, sea en lo interno que en lo externo. Todo en él es confusión: de objetivos estratégicos y tácticos, de análisis y comprensión de los problemas del país, de desarrollo partidario (carece de normas a las que todos sus adherentes puedan acogerse, porque ni siquiera logran identificarlas), de política de alianzas (en la que priva el más cavernario pragmatismo sin principios), de política interpartidaria y hacia la sociedad. Y no es cosa de hoy. El PRD es confusionario desde su fundación misma y no da muestras de poder mejorar. Su alejamiento de la sociedad, que es su principal problema, lo mantiene ciego y sin perspectivas ciertas.

Hará falta mucho esfuerzo y, sobre todo, mucho debate entre todos, para superar esta época aciaga en la que nada puede verse con claridad.

A Miguel Ángel Granados Chapa in memoriam

El trabajo, la prescindibilidad, la globalización y los pobres




FILOSOFANDO CON UNGA






Redacción
Francisco Flores Aguirre y Francisco Flores Legarda

“Podríamos decir que el trabajo
es en la actualidad un ensayo diario
para la prescindibilidad”

Hay un pánico ante el crecimiento (dejar de ser quienes somos) que se “alivia” mediante el control autoritario. México no pasado ninguna de las pruebas en que se le ha presentado la oportunidad de crecimiento. A ello se debe su actual retraso.

Nada de lo que hicimos en el siglo XX ha funcionado. Es momento de cambiar de métodos. El eje central es que el Gobierno cumpla con su parte del pacto social que el pueblo le encomendó.

De otra manera, nos volverá a ocurrir lo mismo en el año 2000: la transición que podría haber significado un cambio de dirección al poco tiempo se reveló como una mera alternancia de partido, pues persistieron iguales políticas económicas y, peor aún, la ortodoxia panista fortaleció el retorno al pasado.

¿Qué es, pues, lo que provoca este fracaso generalizado de las fuerzas sociales y políticas?

Ese fracaso se llama: la desigualdad social. Y hay que descifrar este problema.

Cuando se liberan todas las riendas políticas locales y de las presiones locales, la rápida globalización extraterritorial, producen brechas cada vez más grandes en la población que no solo se ven arrojadas a una vida de pobreza, miseria y destitución, sino que por añadidura se encuentran expulsadas de lo que ha sido socialmente reconocido como un trabajo útil, y económicamente racional, convirtiéndose en PRESCNDIBLES en lo económico y lo social.

El hecho de ver a los indigentes y destituídos, es para todos los seres coherentes y sensibles, un oportuno recordatorio de que incluso la vida más próspera es insegura y de que el éxito de hoy no impide la caída de mañana. Por eso, sacar a los pobres de la pobreza, no es tan sólo un asunto de caridad, conciencia y deber ético, sino una condición indispensable para construir una república de ciudadanos libres, a partir de la tierra baldía que nos dejó la GLOBALIZACIÓN.

La cantidad global del empleo disponible se está reduciendo, un problema que no es “macroeconómico”, sino estructural, en relación directa con el traspaso del control de factores económicos cruciales de manos de las instituciones representativas de los gobiernos a manos del libre juego de las fuerzas del mercado; y como resultado tenemos un título vacío y nostálgico del alguna vez inquebrantable Estado Soberano, hoy en rápida disolución.

Mientras el capital fluye libremente, la política sigue siendo irremediablemente local. La velocidad del movimiento hace del poder real algo extraterritorial.

Se podría decir que, al ser las instituciones políticas existentes cada vez más incapaces de regular la velocidad del movimiento de capitales, el poder está cada vez más alejado de la política; esta circunstancia da cuenta al mismo tiempo de la apatía política creciente, del progresivo desinterés del electorado de todo aquello que sea político –a no ser por los jugosos escándalos protagonizados por las estrellas políticas de turno- y del desvanecimiento de las expectativas de que la solución provenga de los edificios gubernamentales, sean quienes fueren sus actuales o sus futuros ocupantes. Lo que se hace o pueda hacerse en los edificios gubernamentales tiene cada vez menos consecuencias sobre los problemas con que los individuos deben enfrentarse cada día.

Con los Derechos Universales proclamados en la Revolución Francesa, los pueblos celebraron un pacto social, se pusieron de acuerdo en que un gobierno republicano, formado por tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, se encargaran de regular la convivencia entre la ciudadanos. A quienes detentar el poder público, se les ha olvidado y la partidocracia ha secuestrado la voz del pueblo.

Es sencillo, solo tomar nuestra Carga Magna, y que el Gobierno, cumpla con sus obligaciones: reparto equitativo de la riqueza, impartir justicia pronta y expedita (sacar las narices a la Corte de asuntos que no le competen), buscar que todos los mexicanos tengan educación y salud, otras más, pero ahora y la urgente la seguridad preventiva y una real procuración de justicia.

Los poderes reales y fácticos nos dicen: No te agüites, así ha sido, así es y así será. Adáptate a la realidad. Y la realidad del realismo mexicano no es idéntica a la inmovilidad, la imposibilidad.

Total, una vida sin reflexión y pacto social, no merece vivirse…y desde luego…Salud y larga vida.

El Despertar

Un hombre, una generación, una época

La Jornada
José Agustín Ortiz Pinchetti
Domingo 23 de octubre de 2011

La ausencia de Miguel Ángel Granados Chapa magnifica su presencia y me da pauta para repensarla en el contexto de nuestra generación, la que ya está oyendo Las golondrinas. Vivió su época hasta la última gota y, como lo demuestra la oleada de reconocimientos, formó parte de la minoría rectora de sus coetáneos.

Granados Chapa y su generación padecimos y/o disfrutamos el impacto de varias revoluciones. La revolución sexual, que además de extender el dulce ejercicio que la Iglesia prescribe sólo para los casados permitió que una legión de mujeres dejaran el sosiego del hogar para emular a los hombres, trepar en la escala, enviciarse con el estrés, reducir su esperanza de vida y competir como panteras entre sí y/o con los varones.

Otro cambio que padeció Granados Chapa: la declinación de la religión. Aunque muchos se siguen diciendo católicos, en realidad son agnósticos. Las iglesias se quedan vacías. Él conservó como atavismo un núcleo católico. Otro cambio incompleto: el eclipse del Estado autoritario, aunque la democracia en México tenga destino difuso y naufragio próximo. Conservó cierta simpatía por el viejo PRI y repudió al nuevo.

Fue un self made man que, con el impulso inicial de una madre maravillosa, logró superar una dura condición social. Provinciano y pobre, se convirtió en capitalino y próspero. Se aclimató muy bien a la capital sin perder el amor por su matria, a la que intentó gobernar sin logarlo, para mala suerte de ella.

No sabía inglés ni estudió en el extranjero; muchos del pelotón de triunfadores a que pertenecía lo hicieron. Él se formó en la UNAM, la que todavía funcionaba como vía regia para la capilaridad social y el impulso de los mejores. Vivió alianzas, afectos entrañables, confrontaciones, rupturas desgarradoras propias de su gremio; los jornalistas, el más pasional de todos.

Granados Chapa fue discípulo destacado de muchos grandes pensadores y periodistas; sus biógrafos harán la enumeración. Fue profesor universitario de muchos y aunque a veces muy áspero, fue entrenador de periodistas noveles. No deja escuela: es imposible emular su monstruosa productividad y su estilo a la vez barroco y preciso, pero pasará a la historia con el título de Maestro. Quien esto escribe tuvo la oportunidad de entrenarlo brevemente en la práctica del derecho para después recibir de él apoyos, consejos, debates muy útiles y necesarios en mi tardía incorporación al periodismo, la literatura y la política. Esto genera la gratitud que inspira esta nota.

Tras tensa comparecencia, Lozano admite que la reforma laboral está casi muerta

“Son buenos para criticar pero malos para legislar”, le dice a los diputados


Periódico La Jornada
Patricia Muñoz, Roberto Garduño y Enrique Méndez
Octubre de 2011, p. 19

Javier Lozano pasó gran parte de la comparecencia con el rostro enrojecido y sudorosoFoto Francisco Olvera


Con el rostro enrojecido y sudoroso, el secretario del Trabajo, Javier Lozano dijo ayer a los diputados que “son buenos para criticar, pero malos para legislar”, durante una tensa comparecencia ante esta Cámara, en la que representantes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento Ciudadano, cuestionaron su “pobre desempeño” en el cargo, su “cinismo”, su “ineficacia” para generar empleos, su política laboral “despótica y mentirosa” y “haber propiciado un mayor empobrecimiento de los trabajadores mexicanos”.

Le dijeron que será recordado como “golpeador” de sindicatos independientes.

Tras el señalamiento que hizo el funcionario a los diputados, inició una batahola, hubo gritos y descalificativos mutuos, lo cual devino en que reventara la comparecencia de Lozano. “¿Para qué me mandan traer?, yo por mí aquí la dejo señor presidente” dijo el secretario parándose. Apuntó que para los legisladores “es una piedra en el zapato” y desafiante grito: “pero ya estoy acostumbrado y no les tengo miedo”.

Para completar sus manifestaciones, cuestionó la poca productividad de esta legislatura y señaló que los diputados “no son capaces de aceptar una crítica... son groseros, vulgares, con excepciones”. Luego del desaguisado, el funcionario aceptó que tras este encuentro con el Legislativo, la reforma laboral “tienen escasas probabilidades” de ser aprobada.

La sesión empezó con un minuto de silencio que realizaron los diputados por el piloto de Mexicana de Aviación, Alejandro López Ibáñez, quien se quitó la vida –según un mensaje que dejó a sus familiares– desesperado por “no encontrar trabajo”.

Sobre el tema de la aerolínea, Lozano planteó –una vez más– que Mexicana está cerca de reiniciar operaciones. Esto es porque ayer por la mañana inversionistas de Tenedora K le informaron que ya hicieron el depósito de las acciones de la aerolínea, luego de que el grupo español Med Atlántica, del inversionista Christian Cadenas, está por inyectar en los próximos días 250 millones de dólares por medio de un fideicomiso.

En la comparecencia, Lozano sólo fue defendido por los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN). Los demás diputados, como el priísta Amador Monroy, le criticaron que no haya podido instrumentar una política para incentivar la generación de empleos y que sus “cifras alegres” no tienen nada que ver con la realidad.

Porfirio Muñoz Ledo, del Partido del Trabajo, dijo que la política laboral de este gobierno es “despótica y mentirosa”. Leticia Orozco, del Verde Ecologista, le señaló su “pésimo desempeño al frente de esta secretaría” y Francisco Hernández Juárez, del PRD, le dijo que será recordado como un “golpeador” de sindicatos independientes.

Lozano respondió a todos. A Muñoz Ledo le dijo mentiroso, porque había señalado que en el país sí había topes salariales. Al priísta David Hernández Pérez, cuando comentó que él había pedido que no fuera el secretario, por su “falta de respeto, su cinismo y trato a esta soberanía”, le dijo: pues “mala suerte para usted, porque sí vine”. Y siguió repartiendo improperios incluso contra este medio.

Como los cuestionamientos no cesaban, el secretario apuntó que es el primero en reconocer que lo que se ha hecho en materia de generación de empleo “no es suficiente ni satisfactorio”.

viernes, 21 de octubre de 2011

                                                        

                           











AVISO



COMPAÑEROS
se les informa que la misa de cuerpo presente del

 C. Ricardo González Becerril

Será el día de mañana 22 de octubre en su domicilio (laguna isla del padre # 909 col. Nueva Oxtotitlán Toluca) a las 11:30 am posteriormente será trasladado al panteón municipal de zinacantepec donde será sepultado.


" POR EL DERECHO Y LA JUSTICIA DEL TRABAJADOR "

En la hipótesis de la “democracia constitucional”


La Jornada
Octavio Rodríguez Araujo


Aclaremos ciertas confusiones: La era de las transiciones democráticas en América Latina y en México en particular surgió no sólo contra gobiernos autoritarios y dictaduras, sino en contra del intervencionismo estatal en la economía. Dicha transición se vio acompañada por la adopción política de la economía de mercado como modelo económico único e indiscutible.

En México comenzó a debatirse la necesidad de terminar con el presidencialismo autoritario, democratizar el sistema político y establecer canales para “el arribo de la pluralidad social al orden institucional”.

Estos fines (o tal vez medios) “fueron presentados insistentemente como un componente lógico y obligado del cambio económico…”, como bien señalaran Rolando Cordera y Camilo Flores Ángeles en reciente ensayo publicado en México: ¿un nuevo régimen político? (Siglo XXI, 2009).

Estos autores sugieren, también con razón, que el reclamo democrático de los sectores populares fue de alguna manera expropiado, sobre todo a partir de 1982, por “grupos empresariales y organizaciones cívicas y religiosas” que pugnaban, desde muchos años antes, por “corregir a fondo el régimen del presidencialismo autoritario heredado de la Revolución Mexicana”. La razón de fondo de la oposición de empresarios y clero al autoritarismo gubernamental no era el autoritarismo como tal, pues tanto los empresarios como la Iglesia católica son muy autoritarios, sino el intervencionismo estatal en la economía, la regulación del capital y ciertas políticas de corte populista que prevalecían en el antiguo régimen.

El gran problema es que esa corrección se dio –vuelvo a citar a Cordera y a Flores– “en código neoliberal y en consonancia con el Consenso de Washington”, muy al gusto –añado– de los empresarios y de la Iglesia, sobre todo con las reformas de Salinas a la Constitución. Se logró instalar un nuevo régimen político, que yo llamo tecnocrático-neoliberal, y que es menos autoritario en la forma que el anterior, al grado que permitió –por primera vez en décadas– la alternancia política en el gobierno y un Congreso plural y no dominado del todo por el partido del Presidente, como ocurría antes, pero…

México, a partir de mediados de los ochenta, inició una ruta más democrática, sí, pero con menor crecimiento económico, más desempleo y muchísima más pobreza. Los gobiernos de la “transición y la alternancia” no tuvieron ni tienen la voluntad política de regular los mercados, sino al revés: se han subordinado a éstos provocando el descarrilamiento del país como nación soberana y en crecimiento. La “transición” terminó siendo un fracaso, tan grande que dos presidentes (De la Madrid y Fox) se vieron obligados a intervenir para evitar que los candidatos que hubieran cambiado el rumbo del país llegaran a la jefatura del Ejecutivo federal.

El presidencialismo mexicano tradicional se basaba en el control que ejercía el jefe del Ejecutivo sobre los tribunales y los legisladores por la vía del predominio del PRI. Una vez que se instaló en el país el pluripartidismo, con partidos realmente competitivos, el control del Ejecutivo sobre el Judicial y el Legislativo disminuyó considerablemente, aunque no del todo gracias a la cooptación y a los arreglos bajo la mesa que suelen darse en esos niveles de la política y del poder. Sin embargo, con un Congreso sin mayoría calificada del partido gobernante, se corría el riesgo, como de hecho ocurrió a finales de 2003 y en otros momentos de rispidez entre ambas instancias, de una crisis política que bien podría convertirse en una crisis interna de poder. Fue entonces cuando Diego Valadés publicó su muy sugerente libro El gobierno de gabinete, ahora recuperado como propuesta implícita por algunos intelectuales y políticos que nos han planteado, como “hipótesis de trabajo” (Cordera), una coalición de gobierno y lo que ellos llaman “democracia constitucional”. En este libro Valadés señala que cuando la jefatura del Estado y la del gobierno descansan en la misma persona hay tendencias a un presidencialismo autoritario o de plano es autoritario. Y añade que “hay constitucionalismo cuando una pluralidad de agentes y órganos políticos participan en las decisiones del poder; [y] hay autocracia cuando esas decisiones están concentradas en una persona o en un solo órgano colegiado”. ¿Será esto lo que debemos entender en la propuesta de una “democracia constitucional”? ¿Una suerte de semiparlamentarismo o de tendencia al parlamentarismo como propone Rolando Cordera en su artículo pasado?

La tesis de Valadés es un gobierno de gabinete, en el que éste sea plural y un espacio para la conciliación y la cooperación entre partidos políticos y, además, un jefe de gabinete ratificado por la Cámara de Senadores sin que ello le reste al Presidente la prerrogativa de designarlo, algo así como se da el nombramiento del procurador general de la República, de los embajadores, los jefes superiores de Ejército, Armada y Fuerza Aérea nacionales y otros (artículos 76 y 89 de la Constitución).

Y en este debate ¿dónde entra el problema de la regulación estatal de los mercados y de la defensa de la soberanía nacional, el Estado de bienestar? ¿En dónde se discute la orientación del gobierno por cuanto a la pobreza, la desigualdad social, el crecimiento económico y su distribución? Cordera y Flores nos mostraron que los cambios políticos y las correcciones al presidencialismo autoritario se dieron, como he citado, “en código neoliberal y en consonancia con el Consenso de Washington”. Esto puede continuar pues los partidos grandes (y algunos pequeños), así como están ahora, no son contrarios en los hechos a esta ruta. Tampoco los tres precandidatos presidenciales que firmaron el documento “Por una democracia constitucional”. Y si esto es cierto, dará igual que el gabinete sea plural y producto de una coalición, que el Congreso tenga, en un jefe de gabinete ratificado por el Senado, un puente entre ambos poderes. El régimen político, en su patrón jurídico y formal, podrá cambiar, y hasta podríamos tener no un presidencialismo de transición, sino democrático (Valadés), pero su orientación, la del régimen político y económico, sólo podrá modificarse si logramos que el próximo presidente quiera hacerlo.

La propuesta, por lo demás, tiene una debilidad que cuestiona la democracia formal que hemos ganado: que el jefe de gobierno, llámese jefe de gabinete o como sea, no será producto del voto popular, sino de negociaciones entre el presidente de la República y las camarillas partidarias en el Congreso. ¿Será esto más democrático que la elección del jefe del Ejecutivo (jefe de Estado y de gobierno a la vez) por el voto popular? Si estas camarillas no se ponen de acuerdo para designar a los tres consejeros que le faltan al IFE…

Lo que está en juego en 2012, lo he dicho muchas veces, es un cambio de régimen político (y económico) más allá de lo jurídico-político como sería el parlamentarismo o un gobierno de coalición o de gabinete.

Justamente por esto es que apoyo a López Obrador. La disyuntiva no la veo, como quieren algunos, entre parlamentarismo y un “gobierno eficaz” (como le llaman al proyecto de Peña Nieto), sino entre más de lo mismo, independientemente del arreglo político y formal del Estado, o un cambio de rumbo para el país en su conjunto.

SME: DOS AÑOS EN LUCHA, ENTRE EL OPORTUNISMO Y LA CONCIENCIA DE CLASE









De la Redacción


Tomás Oropeza Berumen


Viernes, Octubre 21, 2011


A punto de cumplirse dos años del inicio de la lucha electricista por revertir el decreto ilegal mediante el que el presidente de facto panista desapareció la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, México entero esta hundido en un desastre económico, político y social.

El gobierno de facto calderonista es responsable del crecimiento del desempleo, la miseria de más de 50 millones de mexicanos, la generalización de la violencia mafiosa y policiaco militar, la “desaparición de miles de personas y el establecimiento de un régimen de excepción en grandes regiones del país.

También es responsable de la devaluación del peso, del encarecimiento de los alimentos, de la gasolina, el gas y la electricidad a cargo de la CFE, una empresa corrupta y arbitraria como pocas.

Desde el 11 de octubre de 2009, cuando mediante la toma militar de las instalaciones de CL y F fueron lanzados al desempleo 45 mil electricistas, el régimen de ultraderecha blanquiazul ha avanzado en la implementación de un régimen fascistoide con la complicidad del PRI y sectores del PRD.

En los 24 meses de ardua lucha un sector del SME ha aprendido el papel que desempeña en una sociedad capitalista el Estado, el gobierno, los partidos políticos, los sindicatos charros y los “independientes”, los empresarios, etc. Sabe quienes son los amigos del pueblo y quienes sus enemigos.

Otro sector de electricistas desmoralizado, urgido por apremios económicos y/o sin conciencia de clase, optó por aceptar la liquidación y buscar alternativas individuales que en un país en recesión económica difícilmente podían tener éxito.

Grandes manifestaciones, campañas de mítines, propaganda y boteo, huelgas de hambre y un plantón de seis meses en el Zócalo capitalino han consolidado la conciencia de 16 mil smeitas que el 13 de septiembre levantaron el campamento ante la presión de las tanquetas del ejército y la policía federal que los intimidaban y porque en las negociaciones del SME y la Secretaría de Gobernación está les ofreció a cambio de retirarse del zócalo, para llevar a cabo la ceremonia del grito del 16 de septiembre, dar la toma de nota a una fracción del Comité Central del SME, “analizar la reinserción laboral en el sector eléctrico” y buscar los mecanismos para la liberación de 12 sindicalistas presos políticos.

El próximo 30 de noviembre se cumplirá el plazo para que los señores que detentan el poder cumplan su palabra, o por enésima ocasión demuestren que en este país el gobierno sólo representa los intereses del gran capital y que los de abajo sólo podrán mejorar su situación mediante la lucha social.

Esta es la tesis que el electricista Pedro Millán, miembro del comité editorial de El Transformador, quien nos expuso su punto de vista en la entrevista que le hicimos en el Taller de Economía del Trabajo el 4 de marzo pasado y que forma parte del libro sobre la lucha del SME que estamos preparando.

Millán llevaba 25 años de antigüedad en la Comisión de Luz y Fuerza del Centro, laboraba en Agencias Foráneas (atención al público, tomar lectura, recibir recibos, en la periferia del DF) con un salario de 350 pesos diarios. Estudió hasta segundo semestre de Ingeniero agrónomo, en la Universidad Nicolaíta, de Michoacán.

-Cómo ha afectado su vida el despido de que fue víctima con la liquidación de la CLyF?

-Mi familia ha comprendido la situación, mi esposa es maestra y gracias a eso puedo estar casi a diario en la lucha. Sí nos hemos restringido económicamente, pero mis hijos no han dejado de comer. En lo económico no ha sido tanto el sufrimiento. En lo moral, llega un momento en que se siente la impotencia, al principio no sabia uno ni qué hacer, a donde recurrir.

En esos primeros días algo que me ayudó mucho en lo moral fue platicar con otros compañeros. Las anécdotas, los sufrimientos, el penar de algunos, que hasta dejaron de comer algunos días. A sus familias les faltó el alimento.

Yo tenía a mis hijos en escuela particular. Mi esposa me apoya al cien por ciento. Y me dijo, yo te apoyo, nomás no quiero que te achicopáles, que te quedes aquí entre cuatro paredes y vayas a estar como la Magdalena. Yo te apoyo y adelante ...

A otros compañeros en resistencia los apoyan trabajadores jubilados de manera directa, porque no le tienen confianza al Sindicato, ya que no hay un manejo transparente de los recursos. Ven a los que participan en el movimiento y le echan la mano. Aparte el apoyo de los sindicatos como el STUNAM, IPN, Nucleares. Y del boteo. Nosotros con el periodiquito El Transformador pedimos cooperación para la impresión y para ayudar a compañeros que se la están viendo difícil.

-¿Qué piensan de la medida de Felipe Calderón, de decretar la liquidación de LFC, de la campaña que se instrumentó contra los electricistas?

- En cuanto a la corrupción en la empresa, muchos la aceptan y dicen que fue por eso. Caen en el engaño de que la corrupción fue la causa del problema. Pero otros pensamos que esa no fue la causa de su liquidación. Sino el negocio que alguien esta haciendo con la desaparición de la Comisión, un negocio de muchos millones de dólares.

-¿Cuál ha sido la principal enseñanza de esta lucha, cree que pueden lograr la satisfacción de sus demandas a casi 17 meses de lucha, que son la creación de una nueva paraestatal para que provea electricidad al DF?

- Primero: nuestras demandas son muy sectoriales, economicistas y por lo tanto estamos a expensas de otras cosas para poder ganar. Yo no creo que nos vayan a dar ni el CCT, ni vayamos a seguir con el sindicato, soy pesimista en ese aspecto. No creo que vayamos a lograr mucho mientras la política que se esta siguiendo esté encaminada únicamente por nuestras demandas. Si pudiéramos darnos cuenta de que nuestra lucha va más allá que nuestras demandas, entonces sería una verdadera victoria. Porque aunque lográramos conservar nuestro sindicato y el CCT a la vuelta de los años tendríamos el mismo problema, mientras no se arranque realmente de raíces esto, podemos ganar ahora el CCT, pero sería mochado en la clausula 64, la jubilación.

Mi aprendizaje es que aunque decíamos que eramos un sindicato independiente, de lucha y de vanguardia, el 11 de noviembre de 2009, al terminar la marcha, que fue multitudinaria (yo hasta lloré de la emoción) estando en el zócalo, fue cuando se abrió la primera mesa de negociaciones, y me pregunté si seríamos capaces de soportar el peso que el pueblo estaba depositando en nosotros, porque se decía en el sindicato y en otras organizaciones, que se esperaba que fuéramos la punta de la flecha, el inicio de algo mayor en el país y yo percibí que no estábamos preparados. Se hizo una verbena, ya se estaba festejando, bailando, no teníamos nada y ya estábamos festejando.

-Supongo que la prolongada duración del conflicto ha ido mellando las fuerzas, la participación y el ánimo de ustedes, los que se han negado a aceptar la liquidación y se mantienen en la lucha?

- Ayer, cuando se instaló el plantón en el zócalo yo noté que eramos unos mil 55 compañeros, el desánimo era notorio. En otra ocasión habríamos aplaudido a Martín Esparza. Pero cuando se dijo que se instalaría el plantón se vieron las caras desilusionadas de los compañeros, que dijeron: ¿Otra vez con lo mismo? ¿Y ahora por cuánto tiempo?

El plantón se puso para exigir la solución de las demandas que ha mantenido desde el principio el SME, y la información que dio Esparza fue que la Cámara de Diputados dio a conocer que la Auditoría Superior de la Federación sacó un dictamen donde dice que nosotros tenemos la razón. Es un estudio muy completo, donde dice como han aumentado los precios de la luz. Son cosas que ya sabíamos, por ejemplo que la CFE le vendía la luz a la CLF a 1.50 el kw y nosotros la teníamos que vender a 1.18 el kw. Ahora la CFE le está comprando electricidad a varias compañías privadas el 50 por ciento.

-¿Qué hace falta en el país para que cambien las cosas, qué piensa usted que hace falta para cambiar en este país?

-Primero tendríamos que saber hacia donde quisiéramos cambiar. Porque si es un cambio nada más de poder de un partido a otro, no vería gran avance. Yo lo que les digo a los compas es que hoy estamos depositando la confianza en los partidos y que lo único seguro es que te traicionen a la larga o a la corta. No se trata de cambiar al PAN por el PRI, ni el PRD, ni Convergencia ni mucho menos el Verde.

-¿Entonces qué hace falta?

-Es algo que está en la conciencia de mucha gente, pero nos da miedo hablarlo: una revolución. De hecho en el mismo sindicato, en la base, se habla de tomar ese rumbo. Pero a través de repetir las cosas sin ningún triunfo, sin ningún resultado real -lo más que se ha logrado es la toma de nota, y de eso no ha resultado nada- entonces eso ha hecho que se trunque la conciencia. El mismo Comité Central ha hecho que se trunque.

-¿Qué le criticaría a la dirección del sindicato?

-Mientras el comité siga jugando en el campo del enemigo, con su pelota y su arbitro, pues vamos a perder. Sería cuestión de comenzar a cambiar de campo, de arbitro y de pelota. Inclusive hasta de deporte. También me parece mal que las decisiones no se tomen de arriba hacia abajo.

Que las bases en sus asambleas empiecen a tomar sus decisiones, aunque sean equivocadas, aunque nos lleven a fracasos, a derrotas. Pero aunque nos dicen que vamos a defendernos hasta con la vida, luego salen con que “no hagan esto porque nos van a reprimir.

Podría empezar a cambiar esto a partir de que la base hable en las asambleas, que comience a romper el cerco que tiene el comité, al no aceptar las propuestas que vienen de la base, porque nos tachan de neófitos, de ignorantes. En este año y medio lo que he aprendido en esta lucha es que necesitamos aprender, aunque nos equivoquemos. Yo a mis hijos no les prohibí que anduvieran en bicicleta, aunque se cayeran y se abrieran la cabeza. Creo que eso es lo que nos hace falta.

Eso mismo veo yo no nada más en nuestro sindicato, sino en muchos otros, que se dicen independientes a los que yo les llamo neocharros.

Millán es uno de los miles de obreros mexicanos que han adquirido la convicción de que en el país hace falta un cambio profundo y que los señores de la política sólo están empeñados en mantener el mismo orden social. Algunos tal cual, otros tratando de embellecerlo con una política gatopardista.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Gerardo Fernandez Noroña y Su Asistente Son Provocados Por Diputado Del PAN

Violento Final En La Comparecencia De Javier Lozano Alarcon STPS

Lozano Debería de estar en la Cárcel: Gerardo Fernández Noroña 19 Octubr...

SME DIV. TOLUCA INFORME 2 SALIDA CAMARA DIP. 18-OCT-2011

SME DIV. TOLUCA ENTRADA A SN LAZARO 1 18-0CT-2011

Granados Chapa: dignidad ante la muerte


La JornadaArnoldo Kraus
Miércoles 19 de octubre de 2011
 
La dignidad supone un continuo, un continuo que corre desde que la conciencia determina el ser social y el ser moral de la persona; ese continuo se interrumpe cuando la muerte se apersona. Quienes tienen la oportunidad de pensar en la propia muerte, es decir, cuando se padecen enfermedades cuyos daños alertan sobre el final de la existencia, la dignidad y la calidad de la vida, suelen relacionarse con la calidad de la muerte. Ciertos cánceres, algunas enfermedades neurológicas y respiratorias forman parte de ese entramado.

El deterioro paulatino siembra reflexión y la reflexión conlleva preguntas: ¿cuáles son los límites de la vida?, ¿hasta dónde someterse a tratamientos médicos? Las respuestas a esas cuestiones provienen de valores como autonomía, dignidad, integridad y lo que fue la calidad de la vida.

Evadir los mensajes de la enfermedad es un camino. Afrontarlos es otra posibilidad. Ambos son válidos. Quienes han caminado investidos de dignidad y coherencia suelen confrontar, vis a vis, su final. Miguel Ángel Granados Chapa militó en el segundo grupo. Dignificó su vida cuando supo que el cáncer lo había derrotado. Homenajeó su existencia, junto con Shulamit, su compañera durante los últimos diecisiete años, cuando intuyó que la batalla personal, médica y familiar, de hijos y nietos, había sucumbido ante los estragos de un tumor que se instaló en él desde hacía cuatro años.

“Esta es la última vez que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”, escribió, dos días antes de morir, en su última columna periodística. Seis días antes de su deceso tuve la oportunidad de intercambiar con él y Shulamit algunas palabras. Su mirada, frente a su último compromiso, es la razón para transcribir algunos fragmentos de ese diálogo.

Granados Chapa acudió a mi consultorio con la intención de hablar sobre la muerte. Sorprendido por su petición, le expliqué que era incapaz de hablar de ese tema, sobre todo, por no profesar ninguna religión. Le ofrecí, en cambio, dialogar acerca de la calidad de la muerte y del derecho de las personas para decidir, cuando eso es factible, qué hacer y qué no hacer con la propia vida. Dueño de una gran clarividencia y de una envidiable entereza, a pesar de los estragos físicos, de la incapacidad para hablar con fluidez y del cansancio que lo asolaba, Miguel Ángel relató sus últimas vivencias y retrató su situación actual con gallardía, sin un dejo de autocompasión y con inmenso respeto por las opiniones de Shulamit, su compañera.

Sabedor de la magnitud de su mal, certero de la victoria del cáncer y yermo de esperanzas médicas, había intuido, meses atrás, que su vida, y algunas de sus pasiones, llegaban a su final. Conforme avanzó la plática habló de las limitaciones impuestas por la enfermedad; las últimas semanas, “lo normal”, empezó a ser anormal. Los esfuerzos mínimos, comer, deambular, vestirse, fueron transformándose en una pesada carga, mientras que los pequeños, y a la vez grandes placeres de la vida, leer, escribir, conversar, hablar en la radio, fueron suplidos por fatiga, dolor y molestias.

“¿Usted piensa, pregunté, que mañana será peor que ayer?”. “Sí, cada día empeora mi condición. Aunque la muerte nunca ha sido una preocupación para mí, entiendo que mi vida toca su final. No deseo ser carga para nadie ni contagiar mis pesares a mis seres queridos. Todo me cuesta trabajo, lo antes sencillo ahora es complicado”. “En medicina, dije, algunos doctores utilizan el término futilidad cuando una acción médica, sea una prueba de laboratorio, una radiografía o una intervención médica, no produce ningún beneficio, es decir, no mejora la condición del enfermo”. “Eso sucede conmigo: nada sirve, no más, nada puede ofrecerme la medicina”.

Su mirada interna reflejaba bien los destrozos de la enfermedad. La experiencia con los pacientes terminales que no desean continuar sometiéndose a tratamientos médicos y deciden tomar las riendas de su vida en sus manos suma tres constantes. Pérdida o disminución de la autonomía, merma o detrimento de la dignidad, e incapacidad para gozar la vida o avistar un futuro esperanzador. Las reflexiones de Granados Chapa reproducían, con precisión, la triada previa. Su historia, su dignidad y la tenacidad de la lucha cotidiana desde el periodismo le permitieron saber hasta cuándo y hasta dónde. Esa simienza le ayudó a cerrar una vida dedicada al periodismo con una frase brutal y contundente: “Esta es la última vez que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”.

La dignidad se forja en el día a día. La calidad de la vida la determinan innumerables circunstancias, muchas, bien o mal avenidas, desde la cuna, y otras, construidas en los quehaceres cotidianos. La calidad de la muerte, el valor para afrontarla y apoderarse de ella, se vinculan con la forma con la cual se miró a la vida y con los valores por medio de los cuáles se caminó por la misma vida.

Las enfermedades terminales son un reto único y brutal. Aglutinan la dignidad de la vida y la dignidad ante la muerte. Hay quienes logran vencer la humillación de las enfermedades terminales. Hay quienes consiguen dialogar con su muerte. Quienes escapan de las humillaciones de la enfermedad, y dialogan con su final a través de la historia de su existencia rinden un homenaje a la vida. Eso hizo Granados Chapa.

viernes, 14 de octubre de 2011

Ricardo Rocha / Sinembargo / El milagro del Tepeyac

SME 2 AÑOS DE RESISTENCIA

Entrevista al C.Edur Velasco Arregui en huelga de hambre por la patria

Demandarán a Felipe Calderón por Crímenes de lesa humanidad

Economía Moral

Fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado y visiones de futuro/ XII

El Éxodo del capital y su guerra contra los trabajadores, según André Gorz

La Jornada
Julio Boltvinik
Viernes 14 de octubre de 2011


André Gorz de joven con su esposa, Dorine


La abolición masiva” del trabajo, su desestandarización y desmasificación posfordistas abrieron una nueva era en la cual lo que podía servir para liberar a los hombres y mujeres se volvió contra ellos para someterlos y desposeerlos, llevando las condiciones de vida del tercer al primer mundo, y a cientos de millones de pobladores del tercer mundo a engrosar las villas miseria urbanas, al tiempo que la masa de capitales acrecentada a niveles sin precedente obtuvo tasas de ganancia también sin precedente, produciendo volúmenes crecientes de riqueza consumiendo cada vez menos trabajo, distribuyendo cada vez menos salarios y pagando cada vez menos impuestos. Así continúa Gorz el diagnóstico de las “miserias del presente”1 que empecé a reseñar en la entrega del 7/10/11. Con agudeza culmina en lo que llama el Éxodo del Capital, su emancipación:

“El dinero se convirtió en un parásito que devora la economía y el capital en un depredador que la saquea. Uno y otro, gracias a la globalización del mercado liberado de todas las reglas y obstáculos, se emancipan de los estados y las sociedades, sustituyendo las sociedades-Estado por la no-sociedad absoluta y los Estados-nación por un Estado ‘virtual’ sin territorio ni fronteras ni distancias ni ciudadanos: el Estado global propio del dinero-rey. Así el capital realiza por fin su esencia ideal de poder supremo que no admite ni compartir ni tener trabas. Separado del mundo de la vida, sustrae su poder a los poderes humanos: tuvo éxito en su Éxodo” (p.15).

El capitalismo logró remontar la crisis del modelo fordista al apoderarse de una mutación tecnocientífica que lo supera a él mismo y cuyo alcance histórico y antropológico es incapaz de asumir, mutación que en esta serie he analizado a través de Rifkin, Richta y Marx. Gorz destaca un aspecto central de la revolución científico técnica: la desmaterialización de las principales fuerzas productivas: la forma más importante del capital fijo es ahora el saber almacenado y la forma más importante de la fuerza de trabajo es el intelecto, en plena coincidencia con el Marx de los Grundrisse (ver entrega del 30/9/11). Subraya que entre el intelecto y el capital fijo (entre el saber vivo y el saber-máquina) la frontera se hace difusa. Continúa en un texto en el que salta la paradoja de que el portador del capital más precioso queda subordinado a los dueños del capital, factor ahora secundario:

El ‘hombre’ está subsumido en el proceso de producción como ‘recurso humano’, como ‘capital humano’. Sus capacidades específicamente humanas están integradas en un mismo sistema con el intelecto inanimado de las máquinas. Se vuelve cyborg [ser con partes tanto biológicas como artificiales: electrónicas, mecánicas o robóticas], medio de producción hasta en su ser-sujeto, es decir capital, mercancía y trabajo a la vez. Y en la medida en que sus capacidades no tienen utilidad en el sistema de valorización del capital dinero, es rechazado, excluido, considerado inexistente. El hombre-capital-más-precioso no es hombre más que si puede funcionar como capital” (p.16).

Para resaltar la paradoja, se refiere a la “excelente pregunta” de Lester Thurow: “¿Cómo puede funcionar el capitalismo cuando el capital más importante, el capital saber, no tiene más propietario?”2 Dice Gorz que el capitalismo da dos respuestas parciales y provisorias: 1) La empresa individual en la cual el hombre se trata a sí mismo como capital y se valoriza a sí mismo en tanto que tal. Tal es el caso de la élite de trabajadores del conocimiento;3 2) la solución de las grandes empresas: tomar posesión del ‘capital humano’ restableciendo relaciones precapitalistas casi feudales, de vasallaje y pertenencia.

Gorz dice que, según Thurow, el capitalismo no evitará su hundimiento salvo que cambie fundamentalmente y proponga un ‘gran proyecto’, una visión convincente de un ‘futuro mejor’, y que agrega que esta visión no existe y “corresponde a la izquierda ofrecerla”. Gorz se pregunta entonces si es preciso salvar al capitalismo a pesar de él mismo; si ello es posible; si hay algo mejor que hacer; si podemos responder al Éxodo del capital con nuestro propio Éxodo; si hay caminos practicables para ello. Introduce la distinción entre reformas subalternas y reformas revolucionarias: mientras las primeras buscan remediar las disfunciones de la sociedad existente, las segundas buscan superar dicha sociedad “en función de una sociedad diferente que está en gestación en ella y que ofrece a las acciones su sentido y su fin último. La tarea de la política sería la de definir objetivos estratégicos intermedios, cuya búsqueda responda a las urgencias del presente, prefigurando la sociedad diferente que exige nacer” (p.17).

 Gorz vuelve a citar a Thurow: “El capitalismo le declaró la guerra a la clase obrera y la ganó”. Añade que la globalización fue, al principio, una respuesta política a lo que a mediados de los años setenta (en pleno auge del estado de bienestar) se llamó la “crisis de gobernabilidad”: motines del proletariado negro en EU, acciones de insubordinación en masa y de sabotaje en fábricas y universidades europeas, diferentes de las huelgas tradicionales y que expresaban el rechazo al trabajo: resistencia a tiempos impuestos; negativa a obedecer a los ‘pequeños jefes’; autorreducciones del ritmo de fabricación; etcétera (p. 19). La interpretación de Gorz es profunda y recuerda la noción de necesidades radicales de Marx, Márkus y Heller:

“Los movimientos sociales de los años 1967-1974 buscaban cambiar directamente la vida, lo que la condicionaba y aquello de lo que estaba hecha. Cambiarla sustrayéndola a la lógica de la productividad, del trabajo abstracto, la estandarización, el consumo masivo... afirmando la especificidad de las necesidades y los deseos sin posible satisfacción mercantil... Contrariamente a las previsiones de los fundadores del estado providencialista, las protecciones y prestaciones sociales no habían reconciliado a las poblaciones con la sociedad capitalista... Por el contrario, al intervenir, reglamentar, proteger, arbitrar en todos los dominios, el Estado había sustituido a capas enteras de la sociedad civil... Responsable de todo o casi, se había vuelto vulnerable. En consecuencia era urgente sustituir a ese organismo demasiado visible y atacable por un ordenador invisible y anónimo, cuyas leyes sin autor se impondrían a todos como ‘leyes de la naturaleza’, de manera irresistible. Ese ordenador era el mercado. Lo mismo valía para la ‘crisis de gobernabilidad’ de las empresas... era urgente reemplazar el poder demasiado visible del ordenador central por formas de auto-organización descentrada... quebrar por ese lado la combatividad de los asalariados, las ‘rigideces’ que las convenciones colectivas, los acuerdos de empresa, los derechos sociales, habían introducido en las relaciones de producción. La palabra a la orden del día era ‘desregulación’”. (pp. 19-21).

1 En el libro Miserias del presente, riqueza de lo posible, Paidós, Buenos Aires, 1998. 2 El libro de Lester Thurow que cita Gorz es The Future of Capitalism, William Morrow, Nueva York, 1996. Como la edición en español del libro de Gorz se tradujo del original en francés, la frase está traducida dos veces: del inglés al francés y de éste al español. Además Gorz no parece citarla textualmente. La traducción directa (p.17) sería: “¿Cómo puede funcionar el sistema capitalista en la era del poder-cerebral (brainpower) cuando éste no puede ser propiedad privada (cannot be owned)?” Thurow se refiere a cinco placas económicas (en un símil con las placas tectónicas de la geología) que se están moviendo y que determinarán las nuevas reglas que dominarán al mundo cuando las placas lleguen a un nuevo equilibrio. Una de esas placas es el cambio a una era dominada por un poder-cerebral hecho por el hombre, la cual contrasta con la era feudal basada en el poder-tierra y la era industrial basada en el poder-energético que se controla con la propiedad de planta y equipo (es decir, con el poder-capital). 3 Thurow, después de la pregunta citada en la nota anterior, añade: “La mayoría de las empresas que tienen ahora esta característica (despachos legales y de contabilidad, banca de inversión) no son manejadas por propietarios capitalistas ausentistas. Ellas reclutan, promueven, toman decisiones y seleccionan líderes de manera muy diferente a General Motors o General Electric”.